5 de marzo de 2011

Fotografías

De repente, todo la fuerza que las costillas custodian se pone en duda. Es esa niebla que vuelve a la gente del revés. Entrañas fuera. Charcos de sangre. Y los amigos, felices, se revuelcan en las miserias de unos y otros. No me gusta la niebla que vuelve a la gente del revés. Sólo por ayudarles a secarse, sólo por mirar desde la barrera, sólo por callar y reir, sólo por hacer que pasa lo que no pasa. Y sólo por nada, se te asume de acero inoxidable. A lo mejor es cierto. Error. Acero oxidable.

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