15 de abril de 2012

La sabiduría de no ser

Hay poemas que te asaltan de borrachera, de vuelta a casa, cuando el subconsciente está en mitad de una autopista y sale hasta reventarte la corteza prefrontal de ideas que no quieres saber. Y entonces, las palabras se te encajan en el papel para recordártelo a la mañana siguiente, al igual que la resaca:

No me molesto en no mirar
si encuentro un beso
por mi espalda
y pienso en la intimidad 
que ofrezco
con el gesto de seguir caminando.


Pero esos besos resuenan,
también,
en los cajones de mi armario,
en todas esas manos que van
y vienen
en una cama improvisada,
en mitad de un salón, 
en los brazos que me cuelgan
del bolso, los bolsillos o el abrigo
mientras digo abiertamente
que ahora mismo soy feliz.


El vino es un camino inexistente
a una victoria sin sentido
y el eco de los besos, 
per se
desquicia mi percepción,
deshoja mi realidad,
destruye mi vuelta a casa.

9 de abril de 2012

Un camión viniendo de frente

Esto viene de una conversación cómoda con mi amigo Fernando. Si el lector quiere, puede pinchar este link del youtube y escucharlo después. Repito, después. http://www.youtube.com/watch?v=7jyo8Rs2KDU



Estoy hecha para que pienses
que merecía la pena 
arriesgarte a caer
en mitad de las vías. 


Estoy hecha para que pienses
que el accidente era inevitable
porque sólo me detuve
a compartir un cigarro.


Estoy hecha para que creas
que puedes subirte a mi espalda
y te resbales lentamente
a lo largo del camino. 


Estoy hecha para correr
vivir muchas vidas
huir muy muy lejos
muy muy rápido
sin freno.


Estoy hecha para atropellarte.











8 de abril de 2012

Monte Carlo Gran Canónico

He tenido una semanita bastante productiva. He terminado poemas que esetaba escribiendo, he escrito poemas que se han terminado solos y he avanzado en algún otro. Iré colgándolos aquí a lo largo de la semana. Por otra parte, acabo de recuperar un texto que dedico a mis compañeros de curro: a los de siempre por haber ocupado su espacio en el laboratorio antiguo, y a los nuevos, por darle la vidilla a los días interminables que transcurren en los submarinos y ser una bonita estampa. 


Mi esternón y mis vértebras
se están besando
y yo vomito
por esquinas de Sevilla
palabras en inglés, 
mastico gráficas
y nombres en clave
de un mundo paralelo
que podría no existir 
más allá de enanos, 
                                 con gafas, 
pantallas en negro
con letras en verde
que acarician la barra
                                      y el punto
como el que toca un piano
en una peli de Kusturica.