11 de agosto de 2016

Cracketeando en la firma del Cracketeo en Mazagón

El martes pasado me invitó mi amigo y librero de confianza, José Manuel Alfaro, a la Taberna de Libro PLAYA, en Mazagón. Fui a firmar libros, a firmar Cracketeos. Pero la vorágine del verano nos comió el tiempo y entre los dos sólo conseguimos juntar tres ejemplares. Así que allí me fui, cargada con aquariuses y algún refresco, para pasar la tarde con un amigo, como dos viejas a la puerta de su casa.

La tarde fue refrescando y la gente volvía de la playa. Entonces, José Manuel, empezó a ejercer de librero, que también hay que tener arte. Y yo de poeta.

Vendí un libro.
Lo firmé. 


Y lo celebramos, claro. Con un high-five que resonó en la plazoleta.

Como ese libro cayeron dos más, que firmé también, convirtiéndome en el Num. 1 en ventas de la Taberna del Libro PLAYA (ole yo).

Lo mejor de todo fue pasar una tardecita de verano con José Manuel, que hacía ya que no hablábamos de la vida, ni de ná. Lo más bonito es ver gente interesándose por la literatura, y vender literatura a alguien que va a ser capaz de apreciarlo. Además, esos tres libros son especiales, recopilados en una tarde de verano, cada uno tiene un detalle que sólo José Manuel y yo sabemos.

Muy cracketeo todo, vamos.


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