21 de febrero de 2011

El sol

Miro el ordenador. El de mi casa, el de sobremesa. Y a la derecha una ventana, una ventana grande. Y el sol entre las nubes. Y pese a tantos soles entre nubes allá por el norte, en el monte, ahora y sólo ahora, me brilla la comisura del ojo derecho. De momento, Galicia me tiene atrapada como Jerusalén a los creyentes. Galicia y el tiempo que pasé allí, y cómo lo pasé. La estabilidad de la que ahora no dispongo, porque en una hora me voy a Sevilla, a vivir a caballo en ningún lugar. Y este rayo de luz, mísero y potente, me refleja las pestañas en la nariz. Quizás, este color amarillo y no azul, viene a consolarme, a decirme que este matrimonio concertado de longitudes y distancias va a tener éxito.

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