Después de todo, una feria siempre es una feria. La actitud de los feriantes siempre es la misma y la actitud de los festejantes también.
Contemplar un pais donde el individualismo es demasiado común y ver que la fiesta existe también para ellos, que la euforia los habita cuando beben y que también quieren perritos pilotos para sus novias hace pensar que otro mundo es posible.
La fraternidad, al final, al menos.... pero muy al final.
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